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Texto leído en la casa del Poeta el día 6 de julio dentro del ciclo poesía y presente

al colectivo Poético Cardo

a mi familia que está presente

La poesía no hace nada.

Y yo escribo estas páginas sabiéndolo.

Marco Antonio Campos

No sueño que la humanidad despertará al unísono de pronto a la poesía como en un idilio paradisíaco; pero imagino el instante unificado sólo por la metáfora, en el que cada uno de los seres humanos la descubre. Es necesario que todo humano encuentre para sí, una posibilidad particular de vida superior a la humilde e inevitable realidad cotidiana. No hay fin más noble para nuestra vida. Lo que nos distingue a los unos de los otros son las relaciones que tenemos con el infinito.[1]

Parafraseando a Maeterlinck, un poeta no es diferente a otro que no lo sea sino porque, en cierto momento de su existencia tuvo una conciencia más viva de esas relaciones. Entiendo que nacemos a la poesía el día en sentimos la fuerza de la belleza de lo creado y nuestra participación con la vida. El momento de la revelación poética es el momento en que lo humano se reconoce así mismo. Descubrirse finito es una condición para establecer relaciones con el infinito.

A partir de esa revelación en dónde se encuentra el pozo del poema, se puede empezar a trabajar con las palabras. Es el momento de aprender o perfeccionar el oficio. Los talleres literarios en México (sobre todo en la capital), se multiplicaron en cafés y centros culturales. Bien, porque para empezar estimula la lectura de poesía en voz alta, práctica tan necesaria en nuestro país en el que a duras penas se aprende a deletrear. Sobre los múltiples talleres que se llevan a cabo en la ciudad de México no profundizaré porque son tema de otra plática. Sin embargo es necesario apuntar que los hay para todos los niveles y que se pueden encontrar desde muy buenos, hasta algunos viciados por el hastío. Pero si ya el trabajo de sacar adelante un buen poema es complicado, publicarlo es aún más difícil para muchos autores noveles que se tienen que abrir paso con disciplina y constancia, pero sobre todo, con infinita paciencia. Las revistas en su mayoría, apenas ocupan un rinconcito para la poco remunerativa poesía. Tal vez esa será alguna de las razones por las que se han fundado diversas revistas dedicadas íntegramente a la difusión de la poesía. En un principio, estos inquietos fundadores que no encontraron espacio para sus propios poemas, terminaron luchando por un espacio no sólo para las creaciones propias, sino también para la de sus colegas. Aunque hay antecedentes históricos importantes, hablaré de las que conocí, puesto que las anteriores están ampliamente documentadas y estudiadas.

La primera fue El Cocodrilo poeta; nombre que toma su fundadora en homenaje al poeta Efraín Huerta. No olvidaremos la extenuante labor de Raquel Huerta-Nava en esa revista que hizo época, y que, para muchos, fue la posibilidad de verse publicados por primera vez en una revista de buen nivel y la mejor distribuida de su época. El Cocodrilo Poeta, nació en 1989 y dejó de imprimirse en 1998, pero subsiste en su página virtual.

Inolvidable y querida la revista Páginas Huérfanas fue una labor de varios años de Raúl Tapia, que la fundó, dirigió, imprimió y distribuyó. En un principio, hecha en páginas sueltas fotocopiadas, era cuidadosamente diseñada por Raúl Tapia y distribuida en talleres literarios y eventos de revistas independientes.

También conocí la revista Equipo Mensajero, que no sólo se dedicó a imprimir y publicar poetas, sino también a buscar foros para la lectura en voz alta.

Las tres que mencioné anteriormente eran revistas independientes, pero también hubo algunas que recibieron pequeños apoyos o que fueron subsidiadas por centros culturales o instituciones como la revista Periódico de Poesía, una publicación trimestral en alianza INBA-UNAM, dirigida por el escritor Marco Antonio Campos, que dejó un hueco difícil de llenar cuando dejó de publicarse por 1998 si no mal recuerdo.

Dirigida por Benjamín Barajas, la revista Ritmo, empezó a publicarse en el año 2002, como una publicación trimestral de los profesores del área de talleres del CCH Naucalpan.

Astillero surgió como revista bimestral en el 2000, dirigida por Cosme Álvarez y Guillermo Samperio con un cuidado notable en el diseño gráfico, pero también en la elección de textos.

En las revistas del interior del país destacaron, Pasto verde, en Orizaba Veracruz, dirigida por Mario Islasáinz que se sostuvo unos buenos años; La revista Cantera Verde, muy conocida en Oaxaca y apreciada nacionalmente, es dirigida por Julio Ramírez y en 2001 recibió el premio Edmundo Valades del CONACULTA a la edición de revistas independientes. Azar, de Chihuahua, una revista muy bonita de formato vertical y con dos portadas contrapuestas, por un lado poesía y por el otro narrativa.

Molino de letras revista de Literatura y Humanidades de la Universidad Autónoma de Chapingo, Pámpana, revista independiente de distribución gratuita dirigida por Antonio Calera Grobet, y Salamandra del taller de Creación Literaria de la Universidad Autónoma de Chapingo, son revistas que no se dedican exclusivamente a la poesía, pero sí a la creación literaria, poesía y narrativa, por lo que se pueden encontrar muchos más versos publicados que en otras revistas culturales que abarcan más géneros artísticos o políticos y sociales.

Alforja, se ha sostenido por muchos años con la misma calidad tanto en su diseño e impresión como en la elección de sus textos, y por su consejo directivo han transitado diversos e importantes poetas como José Vicente Anaya, José Ángel Leyva, María Vázquez Valdez, Leticia Luna. En esta revista, grata en su calidad poética y en su amor por la gráfica, se han ocupado en asuntos temáticos y han acompañado varios números con grabados de muy buena factura; además de que editan libros de poesía.

Oráculo pertenece a una generación más reciente, ha sabido aprender de experiencias anteriores logrando un diseño sobrio y agradable junto con una buena calidad lieteraria; en su trayectoria han logrado apoyos de CONACULTA y su consejo directivo lo integran: Rodrigo Flores, Ramón Peralta, Daniela Ramos Cardoso entre otros. Van en el número 17, nada fácil sostenerse pero lo hacen con bastante solidez.

Pero si las revistas de vocación específicamente poética han sido importantes para la difusión de la poesía, no menos lo han sido las editoriales que se han embarcado en esta difícil tarea. Publicar poetas conocidos es importante para el estudio y disfrute de la poesía, pero muy importante también es impulsar poetas jóvenes o que se encuentran en producción, para lo que las antologías han jugado un papel primordial.

En la segunda mitad de los ´90, editorial Xilote fue punto de partida para varios autores. Dirigida por Miguel Ángel Aguilar, la colección Messidor estaba exclusivamente dedicada a la publicación de poesía con la muy cercana colaboración de la grabadora Leticia Ocharán que aportó grabados y dibujos tanto para la revista como para la colección, que era totalmente financiada por la editorial. La Fundación Cultural de Trabajadores Pascual también tuvo una colección de poesía que financiaba completamente. Praxis cuenta en su haber con cientos de títulos fundamentalmente de poesía; esa editorial es una parte ediciones de autor quienes autofinancian sus tirajes. El Director, Carlos López, ha hecho una importante labor en editar autores desconocidos o poco conocidos.

La Cuadrilla de la langosta comandada por Lety Luna, es un colectivo que no sólo se dedica a editar libros, también a organizar mesas, talleres a y promover con pasión la poesía.

Ediciones Arlequín es un caso que vale la pena resaltar por todos los títulos que han publicado gracias a la tenacidad de su director Juan Carlos Vera, que por cierto el año pasado se echó encima una labor titánica: la antología de poetas nacidos en los ´60.

El trato entre autores y editores es de lo más complejo, pues los límites de la autoría colectiva de un libro, (escritores, diseñadores, correctores, impresores y distribuidores) son en cierto momento borrosos. Por lo que no es rearo encontrar autores peleando con sus editores o viceversa. Al final, el que gana o pierde es el lector, pero la relación autor-editor, siempre será de amor-odio pues unos culpan a otros de las fallas o retrasos en la publicación final; por eso y por otras razones muchas editoriales surgen y se apagan tras publicar dos o tres títulos. La editorial Tábano surgió en 1996 con la específica idea de enseñar a los autores a manufacturar sus propios libros con lo cual se alcanzarían varios objetivos: el primero y más importantes sería que el propio autor experimentara lo que significa hacer el libro integralmente, no sólo escribirlo, sino financiar, imprimir, encuadernar, promover y distribuir. Esto da como resultado la comprensión de los autores para los editores, pero también para su conocimiento de los tiempos y costos que implica un libro.

La otra Orilla comenzó absorbiendo totalmente el costo de las ediciones, peor luego, con las cada vez más difíciles economías del país, han tenido que elaborar obras en coedición con otras instituciones o con los propios autores.

Tres universidades autónomas vale la pena mencionar por a labor que en el ambito de la poesía han llevado a cabo: La Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Muy interesante propuesta fue la de el ISSSTE, que se dedica, como la amayoría de nosotros sabemos a procurar salud, y que, bajó la dirección de Socorro Díaz, comprendieron y apoyaron la lectura con la muy interesante propuesta ¿Ya leISSSTE? Se trata de tirajes enormes de 20 mil ejemplares de autores muy buenos con papel muy barato de reciclaje que costaban apenas 5 pesos y que tuvieron excelente distribución, tanto que incluso se vendieron en los supermercados del ISSSTE.

Ediciones coyoacán, ERA, Ediciones el Tucán de Virginia, Práctica Mortal, Ediciones del AZAR, Editorial Aldus, Juan Pablos, Joaquín Mortiz, Ediciones del Equilibrista, FCE, Tierra adentro, son los nombres de otras editoriales importantes en la publicación de la poesía que vale la pena estudiar.

Tal vez como dice Marco Antonio Campos, la poesía no sirve para nada, y los escritores, impresores, editores, distribuidores, libreros y lectores nos estemos perfeccionando en el arte de hacer nada. Pero, veamos...¿ Qué sería de los seres humanos sin la mentada poesía?

Raquel Olvera